El filial lo celebró en el mismo campo
Euforia en todos los integrantes del Almería B tras alcanzar el ascenso a Segunda RFEF en Toledo. 300 seguidores rojiblancos se sumaron a la fiesta
No era para menos. En cuanto el árbitro pitó el final del partido en el estadio Salto del Caballo, de Toledo, se desató la euforia en todos los intengrantes del Almería B, que después de una larga y dura temporada alcanzaban el ascenso a Segunda RFEF. Los rojiblancos saltaban de alegría, se abrazaban y se iban a celebrarlo con los alrededor de 300 seguidores que les estuvieron apoyando. Eran familiares y aficionados desplazados hasta la capital toledana, que se sumaron a la fiesta sobre el césped del campo. Eso sí, con el máximo respeto para el rival y para su afición, que poco a poco se iban marchando con desolación y reconociendo la superioridad de un equipo "made in Almería", el slogan que ha prevalecido durante estos play-off.
Atrás queda una campaña de máxima exigencia, larguísima, que arrancaban en el mes de septiembre con la fase regular de la Liga dentro del grupo noveno de la Tercera RFEF. Los almerienses, máximos goleadores con 75 tantos, y uno de los menos goleados, acababan cuartos en la clasificación y se metían en los play-off, que era el primer objetivo. Durante toda la temporada estuvieron entre los mejores del grupo. El At. Malagueño era el primer adversario en la fase de ascenso, y los rojiblancos ganaron tanto en la ida como en la vuelta. Luego llegó el Real Jaén y por último el CD Toledo, dos clubs históricos y obligados a ascender. Contra los jienenses, empate en el Power Horse Stadium y triunfo en La Victoria; frente a los toledanos, lo mismo, por lo que el mérito es mayúsculo.
Un total de 40 partidos ha tenido que afrontar el filial; 34 en la Liga y 6 en el play-off para poder alcanzar la Segunda RFEF, que ya es una realidad.
